El pasado 8 de Junio se celebró el día mundial de los mares, siendo sin duda, una de las cuestiones a colación, el problema generado por los plásticos que están contaminando de forma alarmante nuestros océanos y mares y poniendo en grave riesgo la salud de las personas y la vida de los ecosistemas.
Los plásticos están por todas partes, su versatilidad de usos, unido a la durabilidad de los productos fabricados hacen de ellos una materia prima muy rentable en términos económicos. Un reciente informe(Greenpeace) estima que para el año 2020 se superarán los 500 millones de toneladas anuales, un 900% más que en la década de los 80.
Sin embargo el precio que estamos empezando a pagar los seres humanos y el que se está cobrando este derivado del petróleo sobre el medio ambiente hace que debamos poner el foco en este enorme problema. La degradación del plástico depende de factores ambientales diversos. Por término medio una botella de plástico tarde aproximadamente unos 500 años en desaparecer, un vaso entre 65 y 75 años y una bolsa de plástico unos 55 años.
Se pueden encontrar grandes acumulaciones de plástico en todos los mares y océanos del mundo concentrados en grandes islas flotantes ahondado si cabe por un problema añadido: la concentración de micro-plásticos(menos de cinco mm de diámetro o de longitud).
Estos pequeños fragmentos de plástico, bien fabricados, bien desprendidos de otros más grandes, son en muchos casos ingeridos por la fauna marina que pasa a su organismo, llegando posteriormente a lo largo de la cadena alimentaria hasta nuestros platos. Las implicaciones para la salud se siguen aún estudiando.
Un estudio reciente señalaba que el 97% de las especies marinas analizadas en la región del Pacífico había ingerido plásticos. Al menos 170 especies marinas se ha comprobado que ingieren este tipo de plásticos fabricados por el ser humano. El estudio concluye que de entre las especies comerciales(Como el pez espada, el atún rojo y el blanco entre otros) el 18.2% de las muestras del mediterráneo contenían este tipo de plásticos en su carne. En el caso del marisco las cifras son aún más alarmantes. El 83% de las muestras capturadas de langosta en los mares del norte de Europa contenía filamentos de plástico en su estomago.
Pero todo esto se torna vital cuando hablamos de las posibles consecuencias para el ser humano tras la ingesta prolongada de pescado contaminado. Daños al hígado, proliferación de diversos tipo de cáncer, tóxicos para la reproducción y problemas endocrinológicos son sólo una pequeña muestra de momento, mientras se sigue investigando.
No es casualidad por tanto que la elección en nuestro ideario sea la de rechazar los plásticos derivados del petróleo, en un claro intento de poner el énfasis, por un lado en este gran problema, y por otro, por supuesto, en las alternativas que tenemos, y no pocas, encabezadas por los plásticos de origen orgánico o bio-plásticos. Igualmente nuestro compromiso con el reciclaje y la reutilización pone el acento en la necesaria concienciación acerca del destino final que deben tener estos Residuos. Sin lugar a dudas hemos de trabajar unidos en la consecución de un cambio que trasforme lo que hoy es un problema en una oportunidad de innovar hacia mejores soluciones.
Informes completos de Greenpeace
http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/2016/report/plasticos/plasticos_en_los_oceanos_LR.pdf