La reciente COP26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021) nos ha demostrado la absoluta falta de compromiso que tienen los gobiernos de las grandes potencias mundiales para afrontar el problema del cambio climático. Gobiernos y países que por otro lado son los causantes del problema y siguen sin querer asumir su responsabilidad en el mismo ni evadirse de los intereses económicos que marcan su agenda y están poniendo a las personas y a la supervivencia del planeta en grave riesgo. La falta de alianzas inequívocas, de pactos de acción, de medidas serias y comprometidas que contrarresten en pocos años, una década como máximo, el calentamiento global, el cambio climático y sus graves consecuencias para el planeta, demuestra el egoísmo y el sinsentido de este modelo de capitalismo neoliberal desaforado que nos conduce irremediablemente al fracaso. Un modelo que pone por encima el estilo de vida antes que la propia vida. Un modelo protegido y avalado por los poderes políticos, que por cierto, nosotros mismos nos encargamos de votar.
Mucho han de cambiar las cosas, y me temo que hasta que la situación climática y del planeta no nos de un serio aviso, este cambio no se producirá. Quizá para entonces ya no habrá capacidad de reacción y estaremos avocados a un planeta y unas condiciones de vida difícilmente asumibles ni soportables para gran parte de la población mundial.
La realidad, no nos engañemos, es que en esta cuestión como en tantas otras, no pasa por la gobernanza, por los políticos y sus intereses partidistas evadidos de las verdaderas necesidades del ciudadano. Somos nosotros, cada uno de nosotros los que tenemos en nuestra mano la necesidad y el deber de encontrar en nuestro día a día el compromiso con la sostenibilidad.
Tenemos las herramientas para lograr estas alianzas por los objetivos de desarrollo sostenible que marca este ODS 17. La movilidad sostenible, el consumo local, la trasformación energética, la disminución de las emisiones, la protección de la biodiversidad, el modelo de ciudades…
“Los Objetivos de Desarrollo Sostenible solo se pueden lograr con el compromiso decidido a favor de alianzas mundiales y cooperación”.
Sin duda la movilización no sólo ha de centrarse únicamente en los países desarrollados que por desgracia somos los grandes causantes del problema, sino que hemos de poner los medios y los recursos para que los países en vía de desarrollo alcancen el nivel de crecimiento suficiente desde los postulados de la sostenibilidad como principio. Algo que por cierto, nosotros, los del primer mundo no hemos hecho y seguimos sin hacer . Y lo que es peor, tampoco, visto lo visto, es que las alianzas indispensables para poder ayudar a estos países no se están produciendo en la medida necesaria.
“Para que un programa de desarrollo se cumpla satisfactoriamente, es necesario establecer asociaciones inclusivas (a nivel mundial, regional, nacional y local) sobre principios y valores, así como sobre una visión y unos objetivos compartidos que se centren primero en las personas y el planeta”.
Tanto la sociedad civil como el sector privado debemos movilizarnos y exigir a los poderes públicos a todos los niveles las alianzas necesarias para lograr el cumplimiento integro de los principios y valores que subyacen de la agenda 2030 de desarrollo sostenible.
Hemos de exigirnos desde los países desarrollados la meta de lograr los instrumentos financieros y la financiación suficiente para que los países en vías de desarrollo puedan acometer los avances estructurales suficientes para poder afrontar los retos económicos, sociales y ambientales que marca la agenda 2030 así como los derivados de la crisis climática subyacente alcanzando la resiliencia necesaria ante potenciales cambios sobrevenidos.
La trasferencia de las técnicas e innovaciones que supongan un paso adelante en la adopción de tecnologías ecológicamente racionales para los países en desarrollo o el acceso a los mercados internacionales promoviendo un “comercio multilateral universal” son algunas de las medidas que hemos de poner en juego si queremos un verdadero escenario de igualdad y justicia entre todos los países, un verdadero desarrollo sostenible mundial.
En este camino, sin duda, será necesario que la coherencia de las políticas para alcanzar el desarrollo sostenible ponga a las personas y el planeta entre sus prioridades, respetando en igualdad de condiciones la soberanía de todos y cada uno de los países.
Es indudable que todas estas medidas que abarca este ODS 17 están encaminadas a promover una colaboración mundial a favor de un planeta y una sociedad mas justas e igualitarias y la salvaguarda de un medio en el que vivir sano y resiliente
“La finalidad de los objetivos es mejorar la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur, apoyando los planes nacionales en el cumplimiento de todas las metas. Promover el comercio internacional y ayudar a los países en desarrollo para que aumenten sus exportaciones, forma parte del desafío de lograr un sistema de comercio universal equitativo y basado en reglas que sea justo, abierto y beneficie a todos”.