Antaño implementar soluciones de carácter medio ambiental en las construcciones era poco menos que un criterio experimental. Sin embargo, por fortuna dadas las circunstancias actuales del planeta, esto ha cambiado y podemos hablar no sólo de la arquitectura Bioclimática y de bajo impacto sino de un urbanismo Bioclimático cuya planificación territorial, a priori, tiene en cuenta como una de sus variables fundamentales el medio ambiente, su desarrollo y protección. Aunque en la práctica, por desgracia, sean otros los intereses que primen. Queda mucho por hacer.
Una de estas disciplinas de las que estamos hablando es la arquitectura bioclimática.
La arquitectura Bioclimática es una disciplina que desarrolla su actividad teniendo en cuenta las características del clima perteneciente a la latitud geográfica en la que se circunscribe. El objetivo de la Arquitectura Bioclimática es dotar de unas condiciones de habitabilidad al usuario de la vivienda con un impacto mínimo en el entorno tanto de consumo energético, integración en el paisaje, nivel de ruidos, así como emisiones contaminantes durante toda la vida del edificio: diseño, construcción, explotación y desmantelamiento llegado el caso. En definitiva se trata de edificar y vivir sin degradar el entorno maximizando las oportunidades que la propia naturaleza ofrece(Sol, Lluvia, viento, vegetación…).
Con estos principios como base, La arquitectura bioclimática ha de estudiar de forma global todos los conceptos implicados en esta tipología arquitectónica(estructuras, instalaciones, cerramientos, captación solar, caldeo, protección y acondicionamiento acústico, así como lumínico, cerramientos, orientación, diseño del entorno…). Apreciar de forma individual sólo alguno de los conceptos no servirá de nada y la larga la falta de una conceptualización íntegra conllevará la absoluta ineficacia del edificio o vivienda en cuestión.
El diseño y la edificación bioclimática parte de la elección del emplazamiento analizando el lugar y la integración de la edificación con él, así como la protección de este(edificio) frente al medio(sus condiciones) en el que se instala. En este sentido, el aislamiento de la vivienda, dependiendo de los factores climáticos que la rodean es una cuestión clave(el clima interior de la casa, su grado de humedad, temperatura…); – cómo se relacionan estos criterios con el clima imperante en el exterior.
Por tanto el control del clima por medios constructivos, evitando la pérdida de calor y logrando una buena refrigeración ha de acometerse en función de las condiciones que ofrece el entorno, habiendo realizado un análisis detallado que abarque todo el ciclo anual… Sin duda ello contribuye de forma manifiesta a la protección del medio, limitando en su caso, la utilización de sistemas artificiales a lo estrictamente necesario y como complemento de los propios que ofrece en su caso el entorno en el que se construye. Se trata en último lugar de minimizar el consumo energético por un lado y optimizarlo al máximo por otro reduciendo en lo posible este consumo y la contaminación que genera.
Por tanto tal y cómo vemos, la evaluación climática regional, es decir, el análisis de las necesidades constructivas en función de las condiciones del clima, es capital para lograr unas condiciones de confort térmico de los espacios para la vida y el desarrollo del hombre que permitan un equilibrio entre consumo energético, emisiones contaminantes y protección del entorno.
La implementación y el uso de energías renovables (que no se agotan, se renuevan de forma constante por la naturaleza) posibilita que las viviendas mediante la Radiación solar(renovable) consigan calefactar y refrigerar de forma natural los espacios habitables. Además podemos considerar otras tipologías energéticas renovables tales como la eólica, hidráulica para generar corriente eléctrica, la energía geotérmica para calefacción-refrigeración (Tubos radiantes) o la generación de gas metano mediante el aprovechamiento de residuos orgánicos (biomasa). Todas ellas son complementarias.
Situar las ventanas con orientación sur(hemisferio Norte), utilización de materiales con determinadas propiedades térmicas, la madera, el adobe las balas de paja, las cubiertas verdes; soterrar la edificación al abrigo del suelo, encalar las casas en zonas donde el calor es elevado gran parte del año, situar las poblaciones junto a las cuencas fluviales donde es mas fácil encontrar tierras fértiles, usar el agua para refrescar el ambiente en los patios de luces, generar sombras para combatir el calor por parte de los viandantes, el aprovechamiento de viento, etc., son algunas de las estrategias que tradicionalmente se han utilizado y han llegado hasta la actualidad como estrategias bioclimáticas para mejorar la eficiencia térmica de las viviendas sin degradar en exceso con ello el entorno.(Minimizando en lo posible las emisiones).
Poner en valor estos principios, responsabilizarnos con el futuro, supondrá frenar uno de los grandes retos climáticos del siglo XXI; -que los edificios sean responsables de más del 40% del total de energía que consumimos y, por lo tanto, de la contaminación que este consumo supone.(Emisiones de CO2 a la atmósfera).