Este ODS Nº13 pone el acento sobre el deterioro al que estamos sometiendo al planeta que está poniendo en grave riesgo la supervivencia a largo plazo del mundo tal y como lo conocemos. Las consecuencias de esta destrucción del medio, los cambios que se están produciendo y las repercusiones que esto tendrá, en parte aún por descubrir el impacto real de las mismas, debiera ser una llamada de atención suficiente para tomar las medidas necesarias que frenen este frenesí destructivo de resultado imprevisible.
2020 ha sido en España el año más caluroso desde que tenemos registros. (1,7 grados de aumento de la temperatura). En términos globales la franja anual 2015-2020 fueron los años más cálidos jamás registrados y la década 2011-2020 la más calurosa registrada hasta el día de hoy.
Este cambio climático, consecuencia de nuestro estilo de vida, especialmente relacionado con nuestro modelo energético(de combustibles fósiles) y de consumo entre otros factores principales, está modificando el planeta y su régimen climático con funestas consecuencia para el mismo y sus habitantes. El aumento de incendios, huracanes, tormentas catastróficas, el aumento de las temperaturas en el océano y sus terribles efectos(pérdida de hielo marino y terrestre, aumento del nivel del mar…) olas de calor cada vez más frecuentes, largas e intensas y cambios significativos en los hábitats de plantas y animales.
La emisión de gases efecto invernadero derivados del consumo combustibles fósiles siguen aumentando a pesar de la constatación científica de que son la principal causa del calentamiento global del planeta y por tanto del cambio climático. A pesar de esta clara advertencia los gases de efecto invernadero son, hoy por hoy, un 50% mayores que en la década de los 90.
Según el Programa de Naciones Unidas para el desarrollo, el nivel del mar ascendió de media unos 20cm desde 1880 y se estima que lo hará entre 30 y 122 cm para el año 2100. El Acuerdo de parís para la reducción de la temperatura media del planeta por debajo de los dos grados centígrados, sólo supone un tercio de la medidas necesarias de reducción para alcanzar esta cifra de los dos grados. A pesar de lo cual seguimos discutiendo su idoneidad desde posturas sociales y políticas absolutamente estúpidas si tenemos en cuenta lo que está en juego. El egoísmo político y la necedad que demuestra la gobernanza internacional no tiene límites.
Limitar a 1.5º C. las emisiones de gases efecto invernadero debe llevar aparejada una disminución de estos gases de un 45% para el año 2030 y alcanzar la descarbonización(cero emisiones) para el año 2050. Ambiciosa perspectiva teniendo en cuenta la falta total de compromiso y responsabilidad social y política en la que vivimos y el modelo económico actual, el cáncer del capitalismo neoliberal y su crecimiento exponencial identitario que nos están conduciendo al colapso sin remisión.
Las consecuencias de no hacer nada ante esta crísis mundial tiene y tendrá aún más, enormes implicaciones para todo el planeta extremando, con el paso del tiempo, sus consecuencias:
• La emisión de gases efecto invernadero trae consigo un aumento de las temperaturas lo que ya está produciendo fenómenos meteorológicos extremos más intensos y con más frecuencia. Sequías, aumento de los incendios con las consiguientes deforestaciones y desertizaciones que acompañan a estos fenómenos son las consecuencias visibles. El aumento de las temperaturas también supone un índice de precipitación mayor y más intenso con el aumento de fenómenos de inundaciones catastróficas.
• La gran mayoría de la población del planeta vive en la zona templada. El aumento de las temperaturas traerá consigo la propagación de enfermedades por latitudes, donde debido a las temperaturas menos cálidas, no se daban con el consiguiente aumento de pérdida de vidas.
• El aumento de la temperatura supone el deshielo de glaciares y casquetes polares, aumentando el nivel del mar, disminuyendo las cuencas hídricas pero sobre todo, perdiendo un importante suministro de agua potable para las personas en muchas zonas del planeta.
• Todos estos cambios producirán, sin ningún genero de dudas una grave modificación en los ecosistemas con una evidente pérdida de biodiversidad aumentando por tanto las extinciones de especies animales y vegetales por todo el planeta.
• Todos estos fenómenos climáticos extremos hacen y los harán aún más en el futuro, inviables muchas de las zonas de cultivo actuales. Un gravísimo problema teniendo en cuanta el crecimiento demográfico actual. El cambio climático pone en peligro la producción de alimentos básicos como el trigo, el maíz o el arroz… tres alimentos que dan de comer directa o indirectamente a gran parte de la población mundial. Cientos de Miles de personas perderán su medio de subsistencia. A esto hay que añadir que si la comida escasea los precios suben, la pobreza y el hambre se agrava. Los conflictos sociales, guerras aumentan.
• Como consecuencia del deterioro en las condiciones de vida que lleva aparejada toda esta crísis climática, muchos de los habitantes del planeta se verán abocados a migrar. Los migrantes climáticos son y serán en el futuro otro gran reto que tendremos que asumir, especialmente en los países desarrollados. Estos desplazados climáticos van a suponer una gran crisis humanitaria de la que ya esta comenzando y de la que ya estamos siendo conscientes en este momento.
• Estos son sólo algunos de los efectos que ya está teniendo el cambio climático debido al calentamiento global consecuencia de la quema de combustibles fósiles y nuestro estilo de vida. Pero esto sólo acaba de empezar. Si no tomamos las medidas necesarias estas consecuencias se agravarán de forma exponencial en las próximas décadas avocando a las futuras generaciones, y quizá a este ritmo de cambio también la nuestra a un planeta sin perspectivas de supervivencia. La reversión del modelo actual es incuestionable. El necesario cambio es indiscutible.
La lucha contra el avance del cambio climático, en favor de su retroceso, se conforma, a la luz de todos estos hechos y su futuro agravamiento, como vital para la supervivencia del planeta y sus recursos tal y como lo conocemos. La deforestación y desaparición de ecosistemas, la pérdida de recursos marino-costeros, el agotamiento de recursos naturales son solamente algunos de los impactos del cambio climático sobre el planeta que muestran a las claras la gravedad de las consecuencias que tendrá esta crísis si no le ponemos freno.
En este sentido, es capital la concienciación político-social de la dimensión del problema. Es necesario un actuación política coordinada por parte de gobiernos nacionales y gobernanza supranacional encaminada a tomar las medidas necesarias que tengan como objetivo un cambio de modelo económico y social. Señalar que la concienciación social sobre la verdadera magnitud del problema es una cuestión primordial para lograr un verdadero avance en la toma e implementación de un cambio de modelo que abandone un sistema económico y de producción basado en los combustibles fósiles y abrace un modelo energético limpio y estrategias producción sostenibles. Para ello es absolutamente necesario educar y sensibilizar a todos los actores sociales. sobre la mitigación del cambio climático, su adaptación o la reducción de sus efectos.
Sin embargo, no podemos dejar de lado la geopolítica internacional que, en gran medida hasta hoy, sólo pone trabas o forma parte del problema y no de la solución. Los intereses económicos de este neoliberalismo fósil que domina el planeta y que pone el crecimiento exponencial, el expolio, la riqueza de unos pocos por encima del futuro de muchos y la sostenibilidad del planeta, está avocando a que la crisis climática se esté agravando y quede menos tiempo para revertirla.
Es necesario un verdadero compromiso con verdaderas medidas de mitigación y no acuerdos de mínimos para maquillar la falta compromiso y enmascarar el verdadero interés que no es otro que el de proteger un modelo socio-económico obsoleto, injusto y por encima de todo insostenible. 1º,1,5º,2º, este baile de cifras es únicamente un instrumento al servicio de acuerdos pírricos que no nos sacan del problema, sólo lo posponen: Necesitamos una profunda reflexión, profundas medidas que impliquen un cambio de sistema, de modelo, medidas reales y de calado que trasformen la sociedad y el planeta bajo los valores y los principios de la sostenibilidad. Lo necesitamos ya!! No necesitamos más negociaciones basadas en cifras que sólo esconden una palpable falta de compromiso y responsabilidad.
La transición energética, la descarbonización, el cambio de los modelos de producción, la transformación del modelo de consumo, la gestión sostenible de los recursos, la concienciación y el compromiso de la ciudadanía con acciones de protección del medio, el reciclaje la reutilización, el consumo local…La movilidad y el modelo de trasporte…la adopción de estrategias como la economía circular y el ecodiseño, la planificación urbana… todos estas cuestiones, entre otras muchas, están directa o indirectamente involucradas en el calentamiento global y su consecuencia, el cambio climático. Todas estas cuestiones hemos de abordarlas ya y con espíritu de cambio, de trasformación. Hemos de repensar nuestro modo de vivir, de interactuar con el planeta antes de que el planeta diga basta y nos conduzcamos sin remisión hacia el desastre climático y irremediablemente humano. Cosa de la que cada vez estamos más cerca!!!
«La emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar. La crisis climática está causada por nosotros y las soluciones deben venir de nosotros».
Antonio Guterres, secretario general de la ONU.